martes, 25 de noviembre de 2008

Volvió Tributos

[El grupo rockero de Cardales]
¿Cuánto tiempo pasó desde la última vez que se juntaron?
Mariano Fiordeoliva: Tres años. A principios de 2005 nos separamos por unas diferencias que tuvimos. Fue un poco de todo: diferencias musicales, un intercambio de opiniones, estábamos con pocas ganas y decidimos dejar de juntarnos. Si bien después seguimos ensayando o nos juntábamos para zapar un rato, todo había quedado ahí.
¿Cómo surgió la idea de volver a tocar?
MF: siempre teníamos la idea de volver y todo quedaba en la nada, pero esta vez fuimos más allá y ahora es mucho más firme.
¿Por qué prosperó esta vez?
Nacho Gigena: quizás porque teníamos más ganas. Yo antes era el manager de la banda, pero siempre nos juntábamos un rato a tocar, pero esta vez quedamos en ensayar con más constancia, haciéndolo todas las semanas.
El regreso se concretó con el ingreso de Nacho en guitarras.
MF: claro, antes estaba Maxi. En el segundo ensayo que hicimos quedó Nacho en la guitarra, él se sabía todos los temas y de a poco lo fuimos puliendo.
¿Con la llegada de Nacho qué cambiará en Tributos?
MF: la base es la misma: juntarnos a hacer rock. Compartimos muchos gustos musicales y eso es una ventaja para la banda. Lo que cambió es que antes éramos más chicos, teníamos otras responsabilidades. Creo que ahora estamos más maduros y lo tomamos de otra manera, cada vez que nos juntamos los ensayos dan sus frutos y esto nos da más ganas de seguir adelante.
Darío Orozco: también es como un escape de la semana, nos la pasamos de lunes a viernes laburando o estudiando y cuando llega el fin de semana disfrutamos muchísimo de esas dos horas.
¿Cuando decidieron separarse no lograban aprovechar esas horas de ensayo?
MF: las aprovechábamos menos que ahora, la diferencia es que estamos con muchas ganas de ensayar. En cambio antes estábamos como desgastados.
Tuvieron un año y tres meses muy movidos antes de la separación.
MF: desde la primera vez que tocamos nos pegó bastante fuerte la repercusión que tuvimos. Hubo una buena aceptación de parte de la gente y eso nos llamó la atención, porque si bien habíamos ensayado cuando subimos al escenario y notamos que al público le gustaba lo que hacíamos fue algo muy lindo. Con Nacho tuvimos la posibilidad de plasmar nuestras canciones en una grabación y eso estuvo muy bueno. Creo que lo mejor de todo fue que a la gente le gustó el material de Tributos, los temas propios, se sentían identificados con lo que hacíamos. También tuvimos la suerte de salir a Escobar, Pilar… y las experiencias fueron muy buenas. Nos llegó todo muy de golpe, pero esa etapa estuvo muy buena.
¿Cómo fue el debut del 5 de Octubre?
NG: tocamos en la plaza de Los Cardales, salió la idea y lo hicimos. Quedamos muy conformes con el primer show, salió todo bien.
En realidad no hubo un gran proceso de adaptación, sumaron a un viejo conocido…
MF: claro, eso nos pasó en el primer ensayo: los temas sonaron muy bien y fue todo muy espontáneo. Aunque todavía faltan cosas para pulir, porque recién llevamos unos seis ensayos.
¿Durante la separación cada uno siguió su camino?
DO: cada uno tomó caminos distintos. Con el ‘Negro’ (Yamil Venier) tocamos en una banda que se llama El Desvío, por mi parte estuve tocando con Gabriel Cardozo… así que cada uno tuvo su experiencia. De todas maneras, entre los tres seguimos viéndonos y siempre barajamos la posibilidad de volver a tocar.
Teniendo en cuenta el proceso anterior de Tributos y el poco tiempo que llevan juntos en esta etapa, ¿Hay algo que haya quedado pendiente?
MF: si bien nos dimos el gusto de tocar muchas veces y de grabar un demo, quizás nos quedó la espina de poder seguir grabando. Fueron surgiendo temas nuevos y nos quedamos con ganas de grabarlos.
NG: y de explotarlos en nuevas fechas. Se separaron justo cuando estaban en su mejor momento, ahora tenemos que salir de Cardales, porque anteriormente el 80% de las veces se presentaron acá. Ahora está esa posibilidad de salir y moverse en otros lados, y eso nos lo permite la edad también, tenemos mayor libertad.
¿Cuánto influye tu trabajo –sonidista- en esa posibilidad de salir a otras localidades?
NG: mucho, pero también son muy importantes los contactos de los chicos, que conocen más gente y con más influencias.
¿Habrá algún cambio en el aspecto musical de la banda?
MF: no, nos gustan muchas cosas parecidas, entonces a la hora de componer seguimos una misma línea, la base es muy rockera, ya nos sentimos identificados con un estilo y estamos tocando un poco más ajustados que antes.
NG: a pesar de tener un grupo selecto de bandas de las cuales hacemos los covers, ahora nos abrimos un poco más, tenemos una variedad grande dentro de lo que es el rock.
MF: el tiempo que pasamos separados nos sirvió para crecer como músicos a cada uno: tocando en otras bandas, ensayando particularmente, yendo a clases… eso nos hizo crecer a todos.
¿Hay algún tema nuevo?
MF: hace un rato estuvimos ensayando y estamos puliendo un tema nuevo propio, y también estamos haciendo algunos covers nuevos.
NG: Tributos tiene una particularidad: en cada show intentamos hacer un repertorio de covers totalmente distinto al anterior. Es una costumbre que intentaremos mantener siempre.
¿Los conceptos más importantes del regreso de Tributos tienen que ver con la madurez y el crecimiento de sus integrantes?
MF: creo que si. Este regreso nos sorprendió, en cada ensayo notamos que las cosas salían muy bien y en la composición de temas nuevos se pudo ver la madurez de cada uno. Creo que las palabras justas son: la madurez y la responsabilidad con la que tomamos este nuevo proceso.
DO: el ambiente musical en Exaltación de la Cruz es muy complicado para darse a conocer. Entonces es todo a pulmón, con ganas y mucho esfuerzo. Me parece que ahora los cuatro estamos tirando para el mismo lado y ya no hay peleas de chicos. Cambiamos mucho.
Yamil Venier: ¿una conclusión? No se me ocurre ninguna… (risas). Hablando en serio, tengo muchas ganas de volver, revivir lo que dejamos hace mucho tiempo, salir a tocar con mis amigos…
NG: creo que lo mejor que tiene la banda es que disfrutamos de todos los momentos en los que estamos juntos: desde la música, tocar, ensayar, pegar carteles, hacer una nota… la pasamos muy bien entre amigos. Más allá de la banda está la amistad, y eso es lo fundamental.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Noemi Rapone: “Las Praderas es el barrio más seguro de Campana”

[Sociedad de Fomento Barrio Las Praderas]
Lo dijo Noemí Rapone, presidenta de la sociedad de fomento de aquel barrio. Con el acompañamiento de Norma Posadas, manzanera y colaboradora en las labores de la sociedad, Rapone cuenta porqué aceptó la presidencia de la entidad y afirma que «es un orgullo todo lo que hemos logrado». Pero reconoce una deuda pendiente: «los adolescentes y los abuelos». Charla a fondo con una luchadora incansable.

¿Cómo nace su vinculación con el barrio?
Noemí: soy hija de horneros y uno reconoce su origen. Luego tuve la suerte o la desgracia de salir. Pero crié a mi hijo acá, él tomó la comunión en este lugar. Vine a vivir acá a los 18 años, cuando murió mi papá y nos quedamos con mi mamá a cargo de los hornos que él tenía, que representaban el ingreso familiar. Ella puso un almacén de ramos generales para darle de comer a los que trabajaban acá y yo salía con un camión a vender ladrillos a la calle, esa es la realidad (risas). Además, mi papá fue uno de los primeros propietarios en el barrio, tenía hornos de ladrillos, los alquilaba, era un tano muy trabajador. Después pasó el tiempo y en el ’89 fallece mi mamá y dejé un poco de lado el tema de los hornos. Me alejé un poco de Las Praderas, pero siempre mantuve la relación con todo el mundo. Y en el ’95 volví a trabajar acá y vi que se podía hacer algo por el barrio.
Su vocación por el servicio salió a la luz en ese momento.
N: me lo inculcó mi mamá: ella puso la quinta, ordenaba la vaca y alimentaba a los chicos, ayudaba al colegio… por eso cuando en el ’95 se me dio la posibilidad de venir a la sociedad de fomento no lo pensé un segundo y me instalé en la sala de primeros auxilios, donde pude ver las realidades que, si bien ya las conocía, había cosas que se me iban de las manos. Y me enganché de una manera impresionante, empecé a hacer nuevas amigas que se convirtieron posteriormente en mis colaboradoras: en todos los proyectos yo no hago nada, son ellas las que trabajan. Uno busca los medios y los pone a su disposición para que ellas pongan la cara y trabajen. Somos varios y nos organizamos. En el caso de ella -Norma Posadas- es una vocación que nació de casualidad…
Norma Posadas: empecé a trabajar en manzaneras porque quería conocer Mar del Plata, y ahora no puedo dejar de trabajar en esto. Todas las que trabajamos con Noemí mantenemos una amistad incondicional, y sabe que cuenta con nosotras en todo momento.
N: pero no solo ellas, también Domingo Villa (más conocido como ‘Tin’) vino a las 7 de la mañana a ver la máquina que va a limpiar la cancha de fútbol a pesar que está de vacaciones. Ahora con el tema de los torneos de fútbol («Pasión por Mi Barrio») los chicos están muy entusiasmados, tenemos tres equipos y él -Domingo- es uno de los entrenadores. También hay tres equipos femeninos y otros tantos que compiten en la liga.
¿Por qué aceptó la presidencia de la sociedad de fomento?
N: porque vi la posibilidad de poder acercarme y solucionar cuestiones. Había que hacer muchas cosas que sin la ayuda de la municipalidad hubiesen sido imposibles de realizar. Por otra parte, nos falta obra pública, porque todos los aportes se van en medica-mentos, alimentos, frazadas, chapas, sepelios, todas las necesidades prima-rias…
Se hace lo urgente -e importante-, pero no se llega a generar modifi-caciones trascendentes.
N: pero si no hubiese sido así, no podría haber hecho nada…porque conocer el problema -de cuestiones muy compli-cadas- y no darle solución, no sirve.
¿Nota muchos cambios a partir del trabajo desarrollado por ustedes?
N: eso debe decirlo la gente. Lo único que te puedo decir es que para mi es un orgullo todo lo que hemos logrado, es un orgullo poder contar con estas mujeres -las manzaneras- que me acompañan en todo momento y que van a seguir trabajando cuando yo no lo haga más. Aunque voy a seguir viniendo, porque tengo mis amigos acá. Pero la gente de acá tiene que hacerse cargo y llevar adelante todo lo que va a quedar armado: la escuela de adultos, para que no quede ningún analfabeto en el barrio. Van a tener computación, cursos, la biblioteca, la sala velatoria, la sala de primeros auxilios, el CEA (Centro de Estimulación Temprana), que ha sido fundamental en el barrio. Además, los que sigan trabajando deberán generar cosas nuevas, mis deudas pendientes son los adolescentes y los abuelos, habría que hacer un hogar de ancianos.
Esa gran variedad de funciones que realiza la sociedad de fomento por estos días, ¿Se fue ampliando con el correr de los años o siempre mantuvo esa postura multifa-cética?
N: uno ya no la toma como una sociedad de fomento, porque en lo que respecta a sus funciones específicas, te podría decir que asistimos al foro de seguridad hace ocho años, participamos todos los meses en las reuniones de la sociedad de fomento, asistimos cuando nos cita el municipio, etc. Esas actividades son propias de la sociedad de fomento, el resto, si bien operan desde acá porque sino las cosas no llegan, escapan a las obligaciones básicas. Acá hay cuestiones que ya deberían estar hechas, es la primera vez que tenemos un trato directo con Siderca, hay una buena relación y nos han ayudado, pero nunca fui de pedir. La imagen del barrio es otra cuestión importante, porque en un momento trascendió que habían trasladado la villa 31 acá, lo cual es totalmente falso. Acá vive gente solidaria, hay buen trato…
¿Cómo es la seguridad en el barrio?
N: puedo asegurar que hoy en día Las Praderas es el barrio más seguro de Campana. Como en todos lados hay algunos hechos de inseguridad, pero acá todavía se mantienen ciertos códigos que afuera se han perdido. Se puede convivir tranquilamente, mante-niendo el respeto por el otro y sin meterse en las cuestiones personales de cada uno. Quizás uno se puede sentar a tomar unos mates con una persona que tiene un prontuario, porque los conozco de toda la vida y sé las cuestiones por las que se han desviado, son chicos que no tuvieron contención. Es una pena, nosotros no tenemos la capacidad para brindarles un buen consejo. El que cae preso queda marginado totalmente y no tiene posibilidades de trabajo, y más acá. Generalmente deben recurrir a los hornos para poder comer. Pero esas fueron otras épocas, ahora está mejor el barrio, hay gente que sale a trabajar a otros lados.
Usted dijo que Las Praderas es el barrio más seguro. ¿También es el barrio más olvidado?
N: no podría decirlo. Lo que si puedo afirmar es que la asistencia no se ve porque todas las atenciones se diluyen, a excepción de la iluminación del callejón de ingreso, donde nunca antes habíamos tenido luz y era un lugar peligroso. Eso ha sido un comienzo respecto a la obra pública: ahora tenemos la propuesta de iluminar gran parte del barrio y el zanjeo.
Es una relación de ida y vuelta con el municipio, pero que no llega a visualizarse en la obra pública.
N: es que son pocos los que pagan los impuestos en el barrio, pero es muy grande la ayuda que recibimos en cuanto a medicamentos y necesidades primarias y urgentes. Y bienvenido sea, aunque la gente de los hornos tiene una gran dignidad: si tienen algún ladrillo para vender no te aceptan la mercadería que envía el municipio. La gente vieja del barrio tiene una gran nobleza.
¿Es una tarea simple ayudar en el barrio?
N: es fácil en el sentido de conseguir las cosas, pero es muy complicado llegar a la gente.
Y lo dice usted, que conoce muy bien a la gente del barrio…
N: también te lo puede decir Norma (Posadas) que trabaja todos los viernes con más de 70 familias, que algunas no vienen en el horario correspon-diente y después te reclaman la mercadería un domingo a las dos de la tarde… hay una desubicación enorme de parte de algunos.
N.P: con algunos es simple, pero con los nuevos no tanto.
N: algunos están mal enseñados y a veces no te respetan.
¿Hoy en día cuál es la mayor urgencia en cuanto a infraestruc-tura?
N: el agua, el zanjeo y las calles. Cuando terminen los hornos, hemos propuesto a los dueños de las cavas, que son terrenos inutilizados, que nos cedan los terrenos por 10 o 15 años para rellenarlos y plantar árboles, lo cual sería un beneficio para el barrio y un pulmón para todo Campana.
¿Es una etapa de retroceso la de los hornos?
N: no, al contrario. En este momento vamos a pedir la colaboración de los horneros para hacer pozos sépticos, para limpiar la basura del barrio, y muchas otras cuestiones. Porque si bien muchos hablan en contra de los hornos, ellos ahora van a trabajar para el bien del barrio.
¿Cuál es la situación respecto al agua corriente?
N: tenemos el agua comunitaria, que es un tanque que está en la esquina de la escuela y también desde la sala se provee a una buena parte de los vecinos. En un momento se destinó un dinero para hacer la red, pero el dinero no alcanzó y solo se llegó a hacer media. Mucha gente se quedó sin agua.
¿Es Las Praderas una muestra del contraste de Campana? Lo pregunto en el sentido de la presencia de un barrio con tantas necesidades junto a un country y, por otro lado, un polo industrial que genera mucho dinero.
N: ante todo le voy a decir, entre nosotros, que mi relación con la gente del country no es buena. Tal vez he arrastrado cuestiones anteriores, tal vez he conocido la época de los militares, en la que estaban todos acá adentro… entonces uno ha puesto una distancia, porque conoce. No obstante, el country ayudó a la escuela y a la iglesia. Fuera de las cuestiones personales, la opulencia del country no nos afecta, porque nos dan trabajo. Las necesidades son muchas, pero ha mejorado el aspecto de nuestras viviendas y las maneras de vivir.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Martín Kirmayr: "No es casual la situación educativa en la Argentina"

Lo dijo Martín Kirmayr, director del Colegio Hölters Los Cardales que el 22 de septiembre cumple 40 años. Lo hizo en referencia al escenario que se presenta en el último tiempo en la educación. Además, habla del advenimiento del nuevo aniversario de la institución alemana.
Confesiones y sensaciones en una charla a fondo con Nuevo.

¿Qué análisis hace del marco educativo en el que arriba el Colegio a su 40º Aniversario?
En una situación muy interesante, y la razón de ello la encontramos en los resultados obtenidos tras la participación de los alumnos en los foros de Naciones Unidas, o en las últimas Olimpíadas de Filosofía, donde presentamos a dos alumnas. Una de ellas obtuvo una calificación de 95% sobre 100 y la otra un 100%. Las autoridades de dicha olimpíada nos manifestaron que es la primera vez que se obtienen resultados de esa significación. Además, casi la totalidad del alumnado se está presentando a los exámenes internacionales de inglés, con el agregado de que tres de ellos rendirán el examen de mayor nivel que toma Cambridge.
¿Qué opinión le merece la situación educacional a nivel nacional?
Tristemente, la veo muy complicada y diría que lo más peligroso de todo es que no es casual, porque si fuera casual, producto de la torpeza de aquellos que la dirigen, uno podría quedarse tranquilo porque cada tanto hay elecciones y se pueden elegir personas más adecuadas. Pero se utiliza este método (la ignorancia) para que los pueblos sean cada vez más dominados por los dirigentes. Y de esta manera se van socavando las generaciones del Estado, porque los alumnos de hoy en día en algún futuro tendrán hijos y no podrán ofrecerles nada. Con lo cual, esto se transforma en un lamentable círculo vicioso.
¿Cree que esa situación se da solamente en el plano público?
En el público se evidencia mucho más, lamentablemente. En el ámbito privado hay una realidad: sería muy torpe para un padre estar afrontando una cuota escolar para que su hijo no aprenda nada. En la educación, y en muchos órdenes de la vida, se puede mentir durante un tiempo, pero pasado ese período se analizan los resultados obtenidos y se empieza a perder credibilidad frente a eventuales clientes.
¿Cuál sería la solución, ya que lamentablemente esto no podría cambiarse a partir de las elecciones políticas…?
(Interrumpe) No quise expresar eso. A lo que apunto es que quienes ponen el voto en la urna y no poseen una formación adecuada, que es brindada por la escuela y la familia, se topan con una capacidad limitada a la hora de votar. Generalmente están guiados por el voto cantado, y a esta situación la vemos, lamentablemente, en nuestro pueblo, donde el comité lleva a la gente a tomar una decisión que no es propia. Esto es lo lamentable en función al problema de la educación, que no es casual. Porque la obligación de quienes tienen una función pública, como políticos, intendentes, directores de las diferentes escuelas, es la de revertir este escenario. Y esto no nos favorece como institución privada, todo lo contrario. Esa bandera de igualdad de oportunidades se va desvaneciendo cada vez más.
¿De qué manera puede la institución privada intervenir en el intento por lograr esa igualdad?
Esta escuela, por ejemplo, cada año busca los mejores promedios de alumnos de Los Cardales y los beca. Los resultados son fenomenalmente buenos.
¿Cómo se adaptan esos chicos?
De manera espectacular. Los jóvenes a los que se les brindan esas posibilidades las saben aprovechar, en la escuela son brillantes, sus compañeros los respetan por lo que son como personas y no por lo que tienen… son valores que enriquecen enormemente a la institución. En el caso del Estado sería lo mismo: si potenciaran a todos aquellos que quieren estudiar, sería una palanca tan fenomenal que su producción sería casi infinita.
¿El papel que está cumpliendo el Hölters (en este caso en particular) es producto de la situación educacional de la actualidad?
No, esto lo venimos haciendo desde el propio nacimiento de la escuela. Aquí debe darse una constante, debe cumplirse una norma en esos casos: el alumno debe aprovechar la institución en el aspecto del estudio y la dedicación, debe sentirse igual que sus pares y darse cuenta que las diferencias entre los hombres existen solo en función de lo que son capaces de hacer con su esfuerzo, y no por lo que tienen esporádica-mente en el bolsillo.
¿Cree que hoy en día la mejor alternativa en educación se inclina hacia las instituciones privadas?
Lamentablemente tengo que decir que si. Lo concreto es que hoy los fondos destinados a la educación no están siendo manejados con la capacidad y la responsabilidad de aquellos que tienen esa obligación. Es un tema muy triste y lamentable, y uno lo nota en las últimas huelgas que se realizaron en el país.
Así como el sistema público presenta deficiencias y errores, ¿Cuáles serían las del ámbito privado?
Te diría que el principal observador de una falencia en lo privado es el padre que a través de sus hijos nota resultados poco satisfactorios en lo educativo e inmediatamente reacciona. Entonces la respuesta está allí… fallas de desorden, improvisación, irresponsabilidad, de una actitud displicente, en absoluto existen aquí. Y esto no es un acto de soberbia, sino que son factores que no están permitidos en ninguna actividad humana y menos en esta.
Estamos a días del 40º aniversario del colegio. Le voy a pedir que salga del papel de director y se calce el atuendo de una persona que va a cumplir cuatro décadas en una institución educativa. ¿Qué sensaciones le recorren la mente por estos días?
Son diarias y variadas. Porque en el diálogo cotidiano surgen una enormidad de recuerdos, acciones y sentimientos. Me gustaría que el egresado de 51 años encuentre la escuela en su esplendor hasta en cuanto al parque y su vegetación. También están los correos que recibimos de nuestros ex alumnos desde diferentes partes del mundo, con sus hijos… son cosas que nos conmueven. Y tengo el temor de no poder cumplir con las expectativas de esos ex alumnos.
¿Qué espera de ese día?
Fundamentalmente, que no llueva (risas). Y en segundo lugar, que cada uno que llegue aquí sienta que está siendo esperado.
Mirando hacia atrás, ¿La sensación es de satisfacción por el deber cumplido o en la educación esa satisfacción nunca es plena?
La tenes todos los días. Y esto se evidencia en que me levanto todas las mañanas con muchas ganas de ir a trabajar.
La tradición en un cumpleaños es la de pedir tres deseos a futuro, ¿Cuáles serían los suyos?
No por orden de prioridad, porque todos son importantes, pero el primero de ellos sería la continuidad en el tiempo de la institución más allá de mi propia persona. El segundo es que el país pueda tener un rumbo menos incierto, y esto está relacionado con que si las posibilidades económicas de las personas empiezan a declinar, como sucedió en 2001, no cabe duda que esto va a resentir a la institución privada. Y el tercer deseo (aclaro que los deseos son, en principio utopías, objetivos de alta proyección que, en el caso particular de la escuela, requieren el acompañamiento de padres, alumnos, docentes y de la sociedad en general) es grande y necesario: nosotros alquilamos el predio de los Ombúes con un contrato por cinco años más. Pero ya hace 12 años que en Cardales Village hay seis hectáreas destinadas a la construcción del complejo educativo "Leopoldo Lugones Los Cardales". Por razones relacionadas con las características de nuestro país en cuanto a la justicia, se van retrasando (las obras) de una manera tan grande que todo esto es por ahora una expectativa, cierta y concreta, que debería haber sido desarrollada hace 10 años. Ese es un objetivo que voy a concretar, no sé cuánto tiempo me llevará, porque lamentablemente está más allá de mi persona, porque la justicia es muy lenta en Argentina, pero ya estamos muy cerca de obtener resultados favorables a este proyecto. Me pediste tres deseos, pero el más importante de todos es el de tener salud. No cabe duda que para poder llevar adelante todo lo que está en mi cabeza, necesito que Dios me dé salud.

martes, 29 de julio de 2008

Federico Daireaux: “Cardales es un producto de calidad”

Federico Daireaux es secretario de la Sociedad de Fomento de Alto Los Cardales y es parte, además, de una empresa desarrollista que construye barrios cerrados. En una charla profunda, habla de su relación con Cardales y analiza el futuro de la localidad. “Su crecimiento es planificado, no es obra de la casualidad”, asegura.

¿Hace cuánto tiempo vivís en Cardales?
Soy oriundo de Capital Federal y vivo hace seis años acá. Pero vengo desde que nací porque mis abuelos tienen una quinta.

Tu abuelo era Jack Ballester. ¿Qué recuerdos tenes de él?
Más que nada lo que tiene que ver con las historias familiares. Él formaba parte de una colonia alemana que empezó a venir a Cardales porque tenían casas de fin de semana, te estoy hablando de cosas que pasaron en 1930. Ya en el año ‘49 tuvo la posibilidad de comprar algunos terrenos, aunque él hizo toda su vida en Capital, vivió siempre allá y venía a Cardales en los fines de semana, este era su lugar de esparcimiento y diversión.

¿Fue él quien plantó gran parte de los árboles que hoy están en el Barrio Alto Los Cardales?
Así es. Le gustaban los árboles y las plantas, y si hay algo que distingue a esta zona es que está muy forestada. En ese momento él tendría unos 40 años y junto a otras personas plantaron árboles. Por suerte él vivió hasta los 90 y pudo ver cómo crecieron a lo largo de los años. Tenía algunos terrenos, además de su quinta, y los forestaba por una cuestión de gustos y como inversión para luego venderlos. Y así fue comprando algunas tierras y vendiendo otras y las iba forestando. No era algo planificado, simplemente le gustaban las plantas y coincidió con que al venir los fines de semana y dedicarle tiempo a las plantas, hoy en día gran parte de los árboles que hay fueron plantados por él.

Tu relación con Cardales comenzó a partir de él.
Claro, veníamos a su quinta los fines de semana. Pero después se dio que me terminé casando con una cardalera. Anteriormente comencé a venir por una cuestión comercial, porque teníamos una explotación agrícola y empecé a ocuparme de eso. Siempre tuve en la cabeza la idea de venirme a vivir acá, era como mi segunda casa hasta que dejó de serlo para pasar a ser mi primera casa.

¿Qué te gustó de Cardales?
Lo que más rescato es la forma de vida que se lleva acá y del vínculo existente entre las personas. Por ahí es un ejemplo tonto, pero el hecho de entrar a un lugar y saludar y que la gente te conozca es una costumbre que en otro lugar es muy difícil que se dé. En Capital lo haces y te miran como si estuvieras loco, ese es otro ritmo. Cuando me vine a vivir acá tuve que acostumbrarme a que los comercios cerraran al mediodía, que se duerma la siesta… de todas maneras, nos estamos adaptando cada vez más a los tiempos de Buenos Aires.
Vos llegaste a ser presidente de la Sociedad de Fomento del Barrio Alto Los Cardales.
Si, lo fui hace algunos años, aunque ahora sigo involucrado en la comisión como secretario. Somos muchos los que nos estamos alternando, tratamos de sumar la mayor cantidad de gente que quiera participar, todo el tiempo estamos intentando generar participación y de recolectar las ideas de todos.

¿Cómo lo ves al barrio?
La Sociedad de Fomento en particular y el barrio en general han cambiado mucho, pero la gente tiene que ver con esto. Porque, por ejemplo, la Sociedad compró el terreno del destacamento policial y lo construyó en un momento en el que en Cardales solo había algunas quintas y nada más. La Sociedad tiene 26 años y en ese lapso de tiempo se han logrado muchas cosas, al principio estaba compuesta por gente que venía solo los fines de semana, pero ahora las cosas y las necesidades cambiaron. Antes quizá la necesidad era ponerle carteles a las calles. Ahora, en cambio, se apunta a dotarla de servicios o asfaltar las calles. Uno se suma a una Sociedad de Fomento porque ve que las cosas obtenidas a través de la participación comunitaria es una de las pocas maneras de conseguir algo, porque estás representado de otra manera.

¿También estás involucrado comercialmente con Cardales?
Formo parte de una empresa desarrollista (Desarrollos Inmobiliaros Los Cardales) que está desarrollando barrios en la zona, y mucha gente me conoce a partir de esa faceta comercial, aunque simplemente formo parte de esa estructura. Lógicamente que me une un componente personal, pero somos un grupo de trabajo que se maneja de manera autónoma.
Es una empresa conformada por muchos habitantes de la zona.
Claro, casi todos los que trabajamos ahí vivimos en Cardales. Y quizá uno de los desarrollos más visibles que tenemos hoy en día es el barrio “La Codorniz”, aunque paralelamente hay otros proyectos e ideas que se están llevando a cabo. Además, una continuación del barrio es el servicio de construcción que estamos generando.

¿Cómo te imaginas a Cardales dentro de algunos años?
Hay una tendencia que venimos viendo en la zona y que también está relacionada con las planificaciones que se hacen antes de desarrollar un barrio, porque se los piensa como insertados en un proceso que ya se está viviendo en Cardales. Cuando se habla de barrios cerrados uno se imagina a localidades como Pilar o Tigre, en donde están mucho más desarrollados estos barrios. Pero Cardales tiene la particularidad de que su crecimiento está siendo más planificado, no es obra de la casualidad. Acá se planifica la integración de los diferentes proyectos, se está pensando a Cardales para que funcione como satélite de Campana. Por otra parte, se está dando el caso de mucha gente de Pilar, Buenos Aires u otras localidades que se está mudando porque lo que pensó que era de una forma, en realidad no lo es, y están buscando un producto de calidad como lo es Cardales hoy en día. La realidad es que esta zona está muy bien posicionada como un producto de calidad de vida, de calidad urbanística, etc. La gente se plantea venir a Cardales y lo hace como un cambio positivo en sus vidas.

¿A qué te referís con el hecho de que Los Cardales sea un “satélite” de Campana?
Creo que más adelante Cardales va a ser totalmente autónomo en términos educativos, laborales y de salud. Antes se dependía mucho de Pilar, Campana o Buenos Aires, y eso está cambiando. Con lo cual, esta situación lleva a que muchas personas se animen a venir.

Gentileza: Nuevo Cardales & Río Luján
 

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